Una gran subida me eleva a la frontera francesa, y ya sabéis que después de una costosa subida viene lo mejor, la bajada. Me dejo llevar con la bajada esperando ver a los policias para enseñarles mi DNI y poder pasar, pero para mi sorpresa no hay nada. Esperaba ver una línea, un control, algo, pero no había nada y eso significaba una palabra: confianza. Después pensé en lo peor que podría pasar como que cualquiera podría comercializar con drogas o armas, no quiero dar ideas, seguro que la gente que me esta leyendo son buena gente y no haría eso. Y a que huele Francia? a Croissant… vale no, es broma. Francia era preciosa, ya lo podía notar en la arquitectura, veía muchas caravanas y mucha gente local vivía en campings. Por cierto, un consejo que os puedo dar es que si váis a Francia y buscáis ir a un camping, al atardecer no suele estar abierta la recepción por lo que es bastante fácil entrar y montar tu tienda sin pagar un euro. A la mañana siguiente haced como si nada y saliis. Era un país bastante caro por lo que estaba también con ganas de salir de el porque no podía gastar más de mi presupuesto diario.